A parte de los cumpleaños que he tenido que absolutamente todos fueron un vacilón que luego les contaré, hubo uno que se me viene a la mente. Como sabran yo cumplo años el 26 de Enero y como decía el Veco "polo large, zapatilla 35", para los que quieran hacerme regalos ya saben; es una broma por si acaso. En el año 92 cumplí 19 años y todos nos fuimos a la AFO (Asociación Fraternal Okinawuense) hoy en día llamado AOP (Asociación Okinawuense del Perú), que queda en Santa Anita. Para ese entonces no teniamos camioneta y el amigo Nelson se ofreció a llevarnos en su camioneta, mejor dicho en su camión, así que, fuimos todos, Yae y la señora Dora adelante, el resto de nosotros es decir Mauro, Eric, Joe, Marita, Maribel, Luchito y Carlos fuimos atrás, todos estábamos bien alegres. Cuando llegamos Takeo ya había jugado su partido de futbol porque en los veranos hay partidos de interpueblos de Okinawa, es como decir, el Callao contra Bellavista, pero en el caso de Okinawa era Itoman que era el pueblo donde nacieron mis abuelos maternos porque los Oshiro son de otro pueblo más chico, se llama Tomigusuku, que es más chico que Itoman, es la reunión de otros pueblos, es como decir Bellavista se junta con Carmen de La Legua y La Perla y así hacen una provincia más grande o al menos los inmigrantes que vinieron acá al Perú son más de Itoman que de Tomigusuku, por eso es que Takeo jugaba por Itoman, la cosa es que llegamos a Ate Vitarte pero no nos habíamos dado cuenta que el camión del amigo Nelson no tenía el chasis delantero y estaba el motor, la bateria y todas las piezas al aire, nosotros nomal, jugando, contando chistes, conversando, viendo los partidos o pasándola bien hasta que Eric cuando no se dió cuenta que el carro no tenía el chasis delantero y nos comenzamos a reir todos y comenzamos a bromearle al amigo Nelson. Después en el regreso vinimos por la Plaza San Martín y por ahí como hay un túnel nos pusimos a gritar, como se acostumbra cuando hay túneles y era bien largo el túnel y todo ese trecho estuvimos gritando. Nelson nos dejó en La Punta y de ahí vinimos caminando hasta el Callao y como era verano el ambiente estaba fresco. Ese fue uno de mis cumpleaños, para la próxima les contaré otro cumpleaños y lo que pasó antes y después.
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