miércoles, 30 de octubre de 2019

NO HAY MAL QUE POR BIEN NO VENGA

Gracias a Caritas que todos los años me mandaban hacer lo mismo sobre todo en este mes de octubre que ya se está acabando, pude enterarme del porque se celebra la canción criolla el 31 de octubre y porque se considera octubre el mes del Señor de los Milagros, porque todos los años la profe de creatividad después de Cecilia y Marely me mandaban hacer una investigación de los días festivos de cada mes, y es por eso que se las tradiciones de octubre y me lo se muy bien, por ejemplo el Señor de los Milagros sale en procesión en el mes de octubre porque hace 500 años en los tiempos del virrey Asmat hubo un terremoto y un mulato en una pared de Lima dibujo un mural del señor crucificado, el virrey mando a borrar el mural pero los que se acercaban a borrarlo les daba de repente un ataque de epilepsia; luego de esto poco tiempo después hubo otro terremoto, las paredes aledañas se cayeron excepto el mural y de ahí en adelante se santificó el mural y lo llamaron El Señor de los Milagros. De porque se celebra el 31 de octubre la canción criolla también lo se, esta celebración estaba pactada para el 16 de octubre pero coincidía la fecha con la segunda salida del Señor de los Milagros así que no tuvieron otra cosa que hacer en el gobierno de Manuel Prado Ugarteche y se cambió al 31 de octubre porque la jarana era de rompe y raja y no se podía estar en la misma ceremonia del Señor de los Milagros por ser un contraste, así que se cambio al 31 de octubre, coincidentemente con Hallowen en EE.UU. y también con la víspera del Día de los Muertos en México, aquí se respeta a la Santa Muerte y se disfrazan de calavera, así que por eso yo se de esas tradiciones.

Moraleja: no requintes de algo que haz hecho dos o tres veces seguida si eso después te va a servir.

Otra cosa que se bien es la tradición de Santa Rosa de Lima, su nombre y algunos de sus milagros, aunque nunca me mandaron hacer sobre San Martín de Porres, y lo paradógico del tema que yo creo más en San Martín de Porres que en Santa Rosa de Lima, para que no me mal interpreten yo respeto a Santa Rosa pero no es mi santa de mi devoción, en cambio San Martín contaban de él que si tenía poderes porque según las tradiciones él era el encargado de tocar las campanas en su iglesia pero dicen algunos que mientras tocaba las campanas de la iglesia se le veía en otro sitio y eso es desdoblamiento que eso si existe y está probado por la ciencia; así que San Martín si tenía poderes mentales, quizás algo más que Santa Rosa de Lima, pero a Santa Rosa de Lima no se le puede negar su devoción y su fe; lo que si no estoy seguro es que haya compartido cosas con  los más necesitados porque dicen la leyenda que ella sola se enclaustró en lo que ahora es Santa Rosa de Quives para alejarse del pecado, lo que también se es que ella no fue religiosa, es decir no le dio los votos a Dios en cambio San Martín si, perteneció a la orden de los dominicos, él tenía contacto con los necesitados para brindarles ayuda. En Lima hubo una plaga en su época y no se si en esa ocasión se juntaron ambos santos para ayudar al prójimo porque en ninguna tradición hablan de eso, lo que si hablan es donde quiera haya enfermos estaba San Martín de Porres para brindar ayuda, es por eso que yo le tengo más fe a San Martín de Porres, y para terminar les voy a contar una anécdota que le pasó a mi abuelita cuando estaba en la tienda de Marco Polo, resulta que desde dicha tienda se v eía la estatua de Don José de San Martín y mi abuelita como no sabía cada vez que veía la estatua se persignaba hasta que uno de mis tíos le dijo "mamá porque se persigna" y mi abuelita dijo "que San Martín es santo"; eso era porque mi abuelita era isei (inmigrante japonés de primera generación) y no sabía la diferencia.

lunes, 21 de octubre de 2019

UN DÍA EN CHIMBOMBO

El chimbombo que yo recuerdo era rutinario para quién no lo conocía, pero para quién estaba dentro del café era algo que no te cansaba de ver, al menos en mi caso, porque todo comenzaba a las 7 de la mañana, donde Takeo y Yae hacían los preparativos para abrir el café, a eso de las 7 y media Takeo hacía el escabeche, a las 8 de la mañana abría el café, a las 10 Takeo iba a conseguir pescado, conociendo a Takeo mas iba a bromear con las pescadoras y eso era hasta las 11, ha esa hora tomaba su desayuno que era su rico jugo de naranja cosa que era un martirio para mi porque a veces me daba un vaso de jugo y a mi como no me gusta el ácido lo tomaba de un porrazo, y él me decía "oye burro, está dulce, yo me lo tomo con limón todavía"; después de ahí nos íbamos a comprar al mercado para el almuerzo, es por eso que en el mercado me conocen y yo conozco el mercado también, nos demorábamos media hora, recuerdo que en varias oportunidades Takeo me dejaba en un sitio cerca de un ambulante y me decía "ya cuida lo que está vendiendo", mientras que Takeo hacía las compras en el mercado acá Elodia o "cuchilla" estaban apanando el pescado para la tarde, después de eso venía Takeo hacer el almuerzo, a veces cuando yo no iba al mercado y Takeo estaba más viejito yo lo veía desde la puerta del café y él venía de Saloom, me hacía recordar a la canción de Piero, "ahora ya camina lento..." con una paciencia venía, y yo lo cochineaba y le cantaba la canción y él me decía "calla burro", después de eso se ponía a cocinar su sopa y su segundo, una vez que terminaba de cocinar les servía a todos su almuerzo a las 2:30 pm. mientras que él terminaba de comer rapidito y se ponía hacer la salsa de escabeche parta la tarde, eso demoraba en 30 a 45 minutos, después en los 80 era "cuchilla" y en los 90 era Elodia quién freía los pescados que apanaban en la mañana; Yae abría a las 4 de la tarde, el café lo cerrábamos de 12 a 4, y Yae sacaba la fuente de escabeche con el tallarín y chaufa o cau cau, después yo salía a las 5 de la tarde a acompañar a Yae, lo más gracioso es que en esos tiempos no necesitaba de cucharones ni de microondas, como Yae es bien chamba y bien mosca también con los ojachi servía el pescado y lo calentaba con la salsa en la olla y el resto de la comida es decir tallarín, arroz chaufa y cau cau lo calentaba en sartén, que salía más rico y más crocante, y aunque no lo crean no pedían arroz blanco, así era un día en Chimbombo hasta las 9 de la noche, yo me quedaba escuchando Radio Programas, al Veco y por ahí las noticias, aunque lo que más me gustaba escuchar era al Veco, antes de cerrar la tienda me metía para adentro; el que me acompañaba cuando salía y cuando entraba era Blacky que ya sabía la hora de entrada y salida, así era un día en Chimbombo.