miércoles, 13 de agosto de 2014

CARLOS CHUMPITAZ LA CALLE PUDO MÁS QUE ÉL

CARLOS CHUMPITAZ
LA CALLE PUDO MÁS QUE ÉL

Entre uno de los chicos que paraban con nosotros estaba Carlos Chumpitaz o "Carlitos" como se le llamaba; lo conocí del Colegio La Alegría en el Señor, era un niño con polio que su mamá lo dejó y se crió con una señora en una quinta del Rímac, si no me equivoco queda por Acho, como el colegio tenía relaciones con la iglesia le dieron oportunidad para que vaya a estudiar al colegio; la señorita Rose Marie, que era muy buena gente y como Carlitos no tenía prácticamente una casa donde estar nos dijo que si podía pasar un par de meses con nosotros, es decir las vacaciones de verano, Yae y Takeo aceptaron porque con lo poco que teníamos era suficiente para él, y como dicen por ahí "donde comen dos comen tres", lo malo es que tenía un poco de costumbre de la calle. Un día jugando paso un incidente que se notó que era un chico un poco peligroso y eso que tenía 9 o 10 años, después tuvo problemas en el colegio y lo tuvieron que sacar del colegio, pero siguió viniendo a la casa hasta fines de los 90, pero como él era de la calle tenía actitudes que no encajaban en el grupo. En una oportunidad se presentaban las chicas del Kan en el estadio Nacional y comenzó a cantar Juana La Cubana, hay una parte en la que la chica del huiro hace un solo con una mini espectacular, y Carlitos estaba sentado en una silla de mimbre y poco a poco se estaba agachando para poder ver un poco más de los debido, nosotros nos dimos cuenta y nos comenzamos a reir, esas actitudes de chico de la calle tenía Carlitos.

A parte de esas actitudes un poco libidinosas que no encajaban en el grupo era un buen chico, pues era voluntarioso, apoyaba en los quehaceres de la tienda y la casa; Takeo y Yae le tenían consideración, aunque no tanto.

Me acuerdo que cuando íbamos a La Punta caminando, él siempre decía a la hora de regresar "vamos en carro", pero que carro íbamos a tomar si estábamos con la silla de ruedas, a parte que él era el único que decía eso, porque Erito siempre nos acompañaba a todo sitio caminando o en carro, eso fue hasta los fines de los 90, hasta que un día según él tenía un matrimonio y le invitó a Elodia para ir al matrimonio, pero ella no quería ir, como era una fiesta elegante no tenía saco que ponerse, así que Takeo le prestó mi saco y mi saco era bien elegante, la cosa es que se llevó el saco y dijo mañana la traigo y hasta ahora la está trayendo, ni siquiera viene para acá, lo que Yae me cuenta es que llama por teléfono pero nada más, además que Yae es cortante para responder, creo que no sabe que Takeo falleció. Lo último que supimos de él es que estaba trabajando en la Avenida La Marina en una renovadora de llanta, porque antes de eso cuando venía, se quedaba poco tiempo porque estaba trabajando en La Molina con un maestro albañil y de ahí ya no supimos nada de él, ni de mi saco tampoco. Pero de todas maneras se le extraña un poco a Carlitos, sólo un poco, y no les cuento más porque es asqueroso lo que hizo en un cumpleaños mio, para los que tienen estómago lo voy a contar, estábamos en la fiesta y Carlitos se puso a tomar como un descocido y después dijo tengo hambre voy a comer y agarró un plato y se sirvió todo lo que había en la mesa, y luego se hecho a dormir en el sillón y se quedó dormido, cuando nos dimos cuenta no les digo lo que estaba al costado de la cara de Carlitos porque sino me censuran el blog; el que se dio cuenta era Erito ¡que horror!, eso es lo que pasa cuando mezclas cerveza con bastante comida; la pregunta es: ¿Cómo se habrá despertado? porque en la mañana siguiente el sillón estaba sin funda y él estaba limpio, como les digo así era Carlitos de la calle y al parecer la calle le ganó, es como el cuento de la rana y el escorpión, que estaban a orillas de un río y el escorpión le dice a la rana ayúdame a cruzar el río y la rana le dice: "tu me vas a picar" y el escorpión le dice: "te prometo que no te voy a pica" pero al final cuando estaban cruzando el río el escorpión no aguanto y le pico a la rana, y la rana le preguntó: " ¿por qué haz hecho esto? ahora los dos vamos a morir, y el escorpión le dijo: "es mi naturaleza y no puedo evitarlo" igualito es con Carlitos, por más que quiso estar bien no pudo con su naturaleza.

viernes, 1 de agosto de 2014

CUANDO ME ENFERMO...

CUANDO ME ENFERMO

Como todo cuerpo humano estamos expuestos a germenes y bacterias, en mi caso más que nada las infecciones respiratorias, o como todo mundo lo conoce como gripe; la mal llamada "antipática" en mi caso particular se ensaña porque me da tos, estornudo, siento malestar general, pero en mi caso no me puedo mover, al menos no libremente y por eso es que me siento mal y me da fiebre y todo eso, además yo no puedo tomar cualquier remedio, porque si tomo cualquier remedio me hace mal a los nervios, me pongo tenso y termino como si hubiera jugado un partido de fútbol, por eso es que prefiero los remedios naturales, vale decir hierbas, tomo jarabes naturales con miel de abeja, o propolio o algo así. Ahora que tengo conocimiento de mi cuerpo lo puedo saber que la enfermedad se divide en tres partes al menos en mi cuerpo; la primera es cuando no se define bien, es decir viene el estornudo y tos, la segunda es cuando ya se define bien, viene la fiebre, los malestares, escalofrío, dolor de cabeza, dolor de garganta, tos y estornudo; y la tercera creo que es la más dolorosa cuando me pasan todos los síntomas, pero me comienza a salir heridas alrededor de la boca y me duelen, no me puedo afeitar, es como un calor de estómago que se pronuncia, que sale a flote así de esta manera se manifiesta los malestares respiratorios en mi cuerpo.

Cuando estaba pequeño me acuerdo que tenía 5 o 6 años me daban una gota de Antalgina y no lo soportaba, al toque lo botaba; después me acuerdo que cuando tenía fiebre, no se si se acuerdan ustedes del vinagre rojo que se ponía a las personas que tenían fiebre, eso me ponían a mi, lo que no aguantaba era el olor a Vick Vaporub y encima me lo ponían con papel periódico, decían que era para que me de calor, pero eso a mi no me gustaba, hasta ahora no me gusta porque me hace acordar lo que sufría cuando estaba chiquito, después a la hora de ponerme supositorio ya se sabe por donde me lo ponían, pero era un chiste porque Yae me lo ponía de una manera que no me ponía tenso, me lo ponía contándome un cuento de Mac Perro todo eso porque yo no podía expectorar y la única manera de expectorar era por... ya se imaginan, igualito era con las inyecciones, yo me prefiero una inyección a que me den tanto jarabe y pastillas, es más efectivo y más rápido, no es que me guste que me hinquen y nada por el estilo, sino es que es más rápido como yo digo.

Antes me acuerdo que acá en el Callao, al frente de la casa había un viejito que ponía inyecciones y cuando yo iba a su casa me llamaba la atención el interior, porque era antigua hasta se puede decir que hasta fúnebre, pero que yo me acuerde nunca lloré cuando me ponían inyecciones  y me lo ponían en la nalga, según Yae decía: ¡Qué rico! y mientras iba pasando el líquido chasqueaba la lengua y el señor se reía. Después vino su hijo que se parecía  a él, era un joven alto muy parecido al hijo de Humberto Martinez Morosssini, según mi recuerdo; también según lo que yo recuerdo no tenía la mano de su papá porque su papá a la hora que me ponía la inyección me dolía sólo un poco, pero el hijo me hacía doler un poco más, después de eso ya no supe más de ellos hasta que tenía 8 o 9 años.

Cuando estaba en el colegio iba a varios doctores, hasta que se instaló el policlínico que queda en la cuadra 8 de Buenos Aires por donde estaba la doctora Yolanda, ella si me atendía bien, lo malo era que tenía muchos pacientes y entraban por orden de llegada, es decir, si uno llegaba a las 10:00 am tenía que esperar hasta las 2 o 3 pm. y como la gente del Callao es "tan educada" reclamaban que no respetan el turno, que yo estoy desde las 7:00 am acá y se ponían a reclamar, pero la doctora era buena, muy minuciosa y como ya me conocía me daba los remedios que no me afectaban mucho, eso pasó hasta hace unos 3 años que ya me fui a otro consultorio médico, que era de una farmacia, pero el doctor era igual de minucioso, lo poco que me atendió era igual de noble como la doctora Yolanda, lo bueno de esta farmacia es que no había mucha gente, se puede decir que también contradictoriamente fue lo malo porque este año cerró el consultorio y ya no atendió más, ahora me estoy atendiendo en un policlínico de una aseguradora que queda en la esquina de Vigil y Colón, pero lo que me llama la atención es que el doctor de ahí no te examina nada, pregunta y ve la computadora y saca la receta, lo que quiere decir que los pacientes se han convertido en estadísticas, al menos para algunos doctores, no como antes, por ejemplo el amigo de Takeo el doctor Kian que en paz descanse, decía cual es tu "cau cau", era una atención más personal y no convierte a los pacientes en número, si seguimos así va parecer la película la Red con Sandra Bullock que para mi fue una película tonta, porque la computadora era la que mandaba, pero lastimosamente estoy viendo que ya se está pareciendo a esa película.