miércoles, 23 de diciembre de 2015

UNO NO SABE LO QUE TIENE HASTA QUE LO EXTRAÑA

UNO NO SABE LO QUE TIENE HASTA QUE LO EXTRAÑA

Hago este blog recordando a las navidades que pasamos en la casa de mi tío Juan en Maranga, desde antes de las doce de la noche íbamos con Yae y Takeo llevando algún plato para la cena ahí nos esperaba mi tío Juan y mi tía Felicita y mi Obá, después llegaba mi tío José con Josesito su hijo del Rímac, después llegaban mi tía Carmen y mi tío Lucho con sus hijos y al último llegaba mi tío Julio, y también esperaba mi tía Victoria. A las doce de la noche hacíamos el brindis de navidad, cuando estaba chiquito me daban mi regalo, pero después ya estaba grande para que me regalen algo, o sea la costumbre es dar un sobre para que te compres lo que quieras, eso más que nada para los que son mayores, y ya tienen sus propios gustos; a lo que voy es que después de la cena los mayores es decir los tíos se quedaban viendo fotos y conversando más que nada de las personas antiguas, de los tíos abuelos; pero cuando hablaban de política el comedor se convertía en un parlamento, porque algunos eran de un partido político y otros de otro, sobre todo Takeo que era aprista y como dicen por ahí en la comida no tienes que hablar de fútbol, ni política, más cuando era el gobierno de Fujimori, porque a Takeo que era aprista no le gustaba Fujimori, en cambio a los demás digamos que apoyaban un poco a Fujimori; mientras tanto yo me quedaba viendo televisión hasta que me daba sueño y me echaba a dormir, pero mi dormida era en la silla sino que la silla lo echaban en el sillón, y dormía rico, no era una cama King Side, pero se hacía lo que se podía, lo malo era cuando me levantaba, tenía un adormecimiento de piernas, es que estaba como una hora echado y a la hora que me despertaba sentía las piernas adormecidas, poco a poco se iban calentando, pero a eso de las dos de la mañana mi tío Juan ponía música japonesa de fondo y seguían conversando, a mi tío Juan le gustaba eso, reunirse con sus hermanos y sus sobrinos, hasta que eran las siete de la mañana y cambiaba de música, y ponía música de Clayderman, Takeo y mi tío Lucho que estaban entre Pisco y Nasca decían esta música ya es para botarnos, y nos veníamos a la casa, el último año que estuvo tío Juan con nosotros a pesar que estaba mal disfrutaba bastante de la conversación, es que se hacia amena conversando de los tiempos antiguos, de la familia, de los amigos, de fútbol y hasta de política, con Takeo que era más terco, decía que Fujimori era esto o aquello, creo que si había una plaga él le echaba la culpa a Fujimori, dentro de mi una parte decía "porque no nos vamos rápido" pero ahora que lo veo bien en tiempo pasado, extraño eso, las reuniones, no me mal interpreten al decir "porque no nos vamos rápido", porque al otro día amanecíamos cansados, dormíamos todo el día hasta las dos de la tarde y eso era perder el tiempo, para mi, en lugar de salir a la calle a pasear, nos quedamos durmiendo, pero en la noche si salíamos con Takeo a dar una vuelta por el óvalo y volvíamos de nuevo a la casa, lo que me llamaba la atención era que en el óvalo había un montón de chiquitos con sus juguetes nuevos, bicicletas, patines, como se divertían, eran de cinco y seis años, a parte de eso me llamaba la atención el nacimiento tamaño natural, hasta el año pasado estaba ese nacimiento de tamaño natural, la cosa es que era bonito, cuando regresamos a la casa, a comer pavo otra vez, Yae me contó que antes que yo naciera, ella y Takeo se iban a la playa, a las siete de la mañana luego de la reunión se iban a la playa, ahí la pasaban el día de navidad, después de que yo nací ya no, nos quedábamos en la casa a ver televisión o sino como ya dije nos íbamos un ratito a la calle, pero era bonito, mi tía Felicita ya sabía mis gustos, porque a todos les servía chocolate y a mi no, para mí era té o gaseosa, y de ahí los primos reventaban cohetes hasta que se acabaran las municiones, por una parte quisiera retroceder a esos tiempos con mi Obá, con mi tío Juan, con mi tío José, con Takeo, era bonito y no me daba cuenta de eso, ha tenido que pasar 42 años para darme cuenta de eso, de lo bueno que es estar reunidos en familia en navidad y año nuevo y que no lo cambiaría por nada en el mundo, a ustedes que tienen familia grande les recomiendo que lo disfruten y si no lo tienen pásenla lo más alegre que puedan, aunque sea con un panetón, la cosa es que lo pasen bien y con esperanza.

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