El último sábado como celebrando el Día de las Personas con Discapacidad, me fui al teatro a ver una obra de mi amiga Valeria García en el teatro Yuyachkani la obra se llama "No puedo dejar este cuerpo sin contar esta Historia". Creo que todos los que tenemos alguna discapacidad nos hemos visto reflejados con la protagonista de está historia.
La primera parte de la obra fue una retrospección a sus recuerdos del colegio, a sus recuerdos de infancia y también a su discapacidad, cosa que no nos impidió a seguir adelante, la parte que más nostalgia me dió fue donde hace incapié a los bonitos recuerdos del colegio y también la parte donde menciona que su papá la llevaba a un curandero de Huachipa, creo que todos en algún momento nos hemos sentido identificados con la misma situación.
Hay una parte en el monólogo donde ella dice "a mi me decían la gringa porque yo era la única gringa del colegio" y eso era cierto, a mi me decían el chino porque hasta cierto año yo era el único de descendencia japonesa en el colegio, creo que ya conté esta parte en otro blog, pero todas las personas que venían de la colonia japonesa cuando pasaban por mi salón me miraban, algunos con cara de asombro como diciendo ¿que haces tu acá? o así es como lo senti, algunos hasta me querían saludar, pero ustedes ya saben como son los japoneses de vergonzosos, que al final del día terminaban por no decirme nada, aunque mis amigos me bromeaban diciendo "mira a tus paisanos, salúdalos", y yo solo optaba por quedarme callado y no decir nada.
Creo que me salí por la tangente, en fin, volviendo a la historia, la parte culminante era en el 2019 cuando a Valeria le iban a dar una cura para su mal pero vino la pandemia y ya no pudo ir a los Estados Unidos, dos años después Valeria decide hacer una obra relatando como había sido su historia antes y durante la pandemia, nos cuenta que en la pandemia ella hacia una lucha interna con su conciencia, su conciencia era la directora y a la vez la actriz que hacia de ella, y bajo las sombras estaba la auténtica Valeria; al final hacen un acuerdo de que no pueden contar esta historia sin dejar este cuerpo, buenaza desde todo punto de vista para las personas con discapacidad, y es una especie de inclusión para las personas que no tienen discapacidad para que nos puedan entender mejor.
Yo vine con satisfacción y mucha admiración pero al mismo tiempo con una especie de molestia, porque en el colegio Valeria y yo nos peleábamos por los primeros puestos y ahora mira lo que esta haciendo ella y mira lo que hago yo, no me sentía muy cómodo, desde ese día estoy con una insatisfacción tremenda y me pregunto ¿cómo hubiera sido si yo hubiese terminado la secundaria en el colegio "La Alegría en el Señor"?, esa es mi única insatisfacción; es muy recomendada la obra teatral, aunque ya termino la temporada, conmigo estuvieron varios ex alumnos del colegio que fueron con la Srita. Sarita Pérez.
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