LA HISTORIA DE LUCY Y SUS RETOÑOS

LA HISTORIA DE LUCY Y SUS RETOÑOS

Como ya esta claro y lo hemos dicho miles de veces en Chimbombo han trabajado muchas personas y la mayoría han dejado muchas huellas, entre ellas "Cuchilla" que ya fue nombrado anteriormente, Luchito y esta vez vamos a nombrar a Lucy; era una chica que vino a trabajar para la casa y no el café, entre otras cosas su cualidad más memorable es su tamaño porque como le dicen a las personas que tienen bajan estatura en el Perú "Chato", y así era Lucy, pero tengo que reconocer que tenía voluntad, hacia un ceviche picante pero rico; como dicen por ahí por mi mejoría mi casa dejaría, y eso pasó con Lucy, después de tres años de trabajar acá se fue a Tacna y conoció al padre de su primer hijo; después por razones del "orinoco" es decir que uds. no saben y yo tampoco, se vino a Lima, pero ya en cinta, porque según el argumento de Lucy el hombre la trataba mal, y era cierto porque cuando nació su bebe no le dio ni un centavo, pero eso es otra cosa; a lo que voy es, con sus 7 meses de embarazo le pidió trabajo a Yae de nuevo y Yae acepto, antes de dar a luz tuvo problemas en el parto y nació Jonathan o Paul; y ese chiquito tenía algo de retardo, es decir que era especial.

Cuando estaba chiquito tenía 2 o 3 años no sabía hablar y era muñeco de nosotros, de Yae, mio, de Joe, de Erito y de Maritta también, y su primera palabra fue un chiste; un día de verano estábamos jugando en el patio junto al motor del agua fulbito de mano que Takeo había comprado, entonces un tubo se cayó y rompió la tubería del agua y el agua comenzó a salir como pileta, Jonathan que estaba en la puerta comenzó a decir: "agua, agua..." y nadie se daba cuenta de eso, todos estaban ocupados en la tubería hasta que apagaron el motor y solucionaron temporalmente el problema del agua, ahí nos dimos cuenta de que Jonathan comenzó a hablar y nos reímos de lo que había pasado, cuando fue creciendo en su media lengua decía: "Yai yo yudo" y es que él quería ayudar en la tienda y Yae lo votaba y le decía: "anda adentro que estas muy chiquito", pero él era como su mamá, tenía voluntad, las botellas que él podía las recogía y las ponía en la caja de gaseosas. Me acuerdo que Joe y Erito lo trataban como muñeco porque lo tiraban al sillón, se sentaban encima de él, pero él sabía que era un juego y se reía, pero como dicen por ahí "el hombre o en este caso la mujer no aprende sus errores y tropieza con la misma piedra" y eso le pasó a Lucy, así que tuvo otro hijo más de otro señor que no me acuerdo de su nombre, a este le llamo Jean Paul y yo le decía "cara de cuy" porque parecía un cuysito, la cosa es que Yae ya no pudo aceptar a Lucy con dos hijos, a parte que se le había advertido, que si tenía otro hijo más, ya no se le iba aceptar, así que Lucy se tuvo que ir esta vez a Trujillo donde conoció a un señor que era más trabajador y con él tuvo dos hijos más, Mayra y el último no recuerdo su nombre.

Por motivos XXX se vinieron a Lima, de Lucy no supe nada excepto que había "comprado" un terreno en Ventanilla. El que seguía viniendo era Jonathan que le habían cambiado de nombre a Paul, no se porque, por eso es que anteriormente puse sus dos nombres; porque su padrino trabajaba en la tienda Don Bosco vecino de Chimbombo. Todos los 10 de enero venía él porque era su santo, a parte de eso por él nos enterábamos de que estaba haciendo su mamá, que estaba haciendo él, etc. etc. etc. Pero hay algunas personas que nunca aprenden de sus errores porque la última vez que lo vimos a Jonathan nos contó que su mamá regresó a Tacna a buscar a su primera pareja, pero parece que se arrepintió porque último que supimos de ella es que había regresado de Tacna y que estaba de nuevo con su familia; no soy psicólogo pero a mi parecer Lucy tenía delirio de grandeza o algo así porque mencionaba algo algo grande, las cosas que decía las exageraba bastante.

Lo que puedo rescatar de esto es que Jonathan y su hermano Jean Paul estuvieron bien cuando estaban acá y ellos se sentían bien, porque éramos como una familia, sobre todo Jonathan que a pesar que era especial se sentía querido y era querido, si su mamá no aprendió no es nuestra culpa o aprendió muy tarde.