En la Era Meiji, cuando todo era un caos social y una pobreza extrema, en una época de post guerra civil por la restauración; Japón cambió de shogunato a ser un imperio, es decir que en lugar de tener señores feudales regionales Japón se convertía en un solo país, pero sin líderes regionales que mantuvieran a los campesinos como sus vasallos, eso trajo como consecuencia lo ya antes mencionado. En la primera década del siglo XX, para ser más específico en 1915, se embarcó don Sandá Oshiro en el Kinyomaru con 395 pasajeros sin contar la tripulación que trasladaban japoneses y okinawenses al Perú; el barco tuvo que hacer una escala en Hawaii por 70 días, esta embarcación originalmente iba a Brasil, pero se desconoce porque cambio de dirección al Perú, se dijo que fue por falla mecánica y que no pudo bajar al Atlántico por el estrecho de Magallanes de tal manera que la tripulación optó por venir al país más cercano de Sudamérica y que ya tenía mayor contacto comercial con Japón, la razón por lo que deduzco esto es que según los datos el barco o la bitácora del barco no tenía programado el puerto del Callao, por eso digo que fue una cuestión de emergencia, es decir un plan B. Mi abuelo a la edad de 18 años aproximadamente desembarcó en el Puerto del Callao; su tío fue uno de los primeros inmigrantes de Okinawa, él fue quien lo animó a venir al Perú, que vino después de 1906 y se estableció en el Primer Puerto, como todo inmigrante del pueblo de Tomigusuku un poblado de Okinawa tenía muchos sueños y aspiraciones, por las cartas que le llegaba de su tío en el Perú, en ella decía que en el Perú iba a encontrar mucha plata o mucho dinero y que no había pobreza, como ya dije anteriormente esas cartas animaron a mi abuelo hacer la travesía y atravesar todo el Pacífico, por eso todos los inmigrantes incluido don Sandá se embarcaron en esta aventura, luego de tres meses de comer chatandaguí y oniguiri (relleno con misó) y de escuchar el samisén. Cuantas noches habrá visto las estrellas y habrá pensado en el oro que hay en el Perú, don Sandá acompañado por su primo llegó al Callao, donde se estableció con su tío que tenía un cafetín, donde vendía lonche, y en esa época agua hervida.
Otros japoneses llegaban por contrato a las haciendas del norte y centro del Perú más que nada Huancayo, donde hasta ahora es una de las ciudades donde más población nikkei hay; otros se establecieron en las afueras de Lima y Callao, por ejemplo en San Agustín en las afueras del Callao y otros como Ushi Kanashiro en Huaral, o sea el norte chico, y según lo que me cuentan teníamos familia en Lambayeque. Para don Sandá Oshiro las cosas no le fueron tan fáciles, porque el Perú no era lo que soñaba, tenía que juntar algo de dinero para traer a su esposa, Utó Higa; luego de diez años más o menos don Sandá logro establecer su negocio y traer a su esposa Utó Higa al Perú, donde impuso el pan con pescado, de hecho una “franquicia” de inmigrantes de la misma prefectura en el Callao, es decir Tomigusuku; el de mi abuelo era uno de los tantos cafetines, otros cafetines estaban en Jr. Colón, otros en Av. Dos de Mayo y otros en Jr. Sucre. Ya para ese entonces don Sandá Oshiro y doña Utó Higa tuvieron hijos, Victoria en 1925, Juan en 1927, Enrique 1929, Roberto 1932, Toshiko 1933, Luis 1935, José 1936, Carmen 1938 y Julio 1939.
Don Sandá se hizo famoso por su pan con pescado frito y escabeche, tan famoso que los clientes decían “vamos a Chimbombo” porque don Sandá era chiquito y gordito, así se les dice a las personas en el norte con esas características. El nombre chimbombo se hizo famoso por todo el Callao, luego en 1943 a la edad aproximada de 44 años don Sandá falleció, dejando a sus 8 hijos en la orfandad, ahí fue donde el hijo mayor Juan tomó las riendas del negocio, estudió por correspondencia y se hizo amigo de un paisano suyo que lo llegó a querer como su hijo, gracias al consejo del señor y a la sabiduría de mi abuela Uto Higa don Juan Oshiro tomó la responsabilidad seriamente a partir de los 16 años, con el esfuerzo de ambos lograron que sus hermanos fueran al colegio, en ese entonces como todo nikkei de segunda generación Enrique, Roberto, José y Julio estudiaron la primaria en el colegio José Galvez, y la secundaria en el colegio 2 de Mayo, una vez terminado sus estudios Juan Oshiro vio que sus hermanos tenían sus estudios básicos completos, es decir primaria y secundaria, él ya estaba más tranquilo, por ese motivo se independiza y se casa con Felicita Kina, pero el negocio de Chimbombo continuó con doña Uto Oshiro y sus hijos, Roberto, José, Enrique y Julio, entre ellos mantuvieron el Chimbombo, digamos en condiciones negociables. En 1962 don Roberto se casa con Felicita Kanashiro y es otra ayuda más para Chimbombo, luego en 1968 el alcalde del Callao decide ampliar la avenida Marco Polo, y los Oshiro se mudan al local de Buenos Aires, hoy Av. Almirante Miguel Grau 914, donde Chimbombo va a cumplir próximamente 50 años; el local hasta ahora permanece, pero más moderno y con la misma y esmerada atención, aunque ya no esté don Roberto, pero si está doña Felicita Oshiro, quién inteligentemente dejó la tienda a su hermano Julio Kanashiro, él y sus hijos la siguen llevando por buen camino.