miércoles, 25 de febrero de 2015

MI PRIMER DÍA DE CLASES

MI PRIMER DÍA DE CLASES

La vez pasada me llamó mi profesora de primer grado la srta. Aracely Carranza, que también es ex alumna de La Alegría en el Señor, y me hizo acordar mi primer día de clases, yo tenía 6 años y lloré como un loco, lo que pasa es que nunca me había separado de la casa, no es que fuera engreído ni nada parecido, pero era otro mundo para mí, y a los seis años, imagínense, a pesar que Yae me preparó bien, yo me puse a llorar, y justo en ese entonces me salieron granos en la cabeza, como una especie de chupos, ahora que me acuerdo no si si era por los granos o era por estar en el colegio, yo creo que era más por los granos, porque recordando bien ese momento me pusieron en una silla dura, y eso chocaba con mi cabeza, y esto hacía que me doliera, por eso es que me puse a llorar; ya con el tiempo me dijo la srta. Aracely que yo era su primera promoción y que casi se puso a llorar conmigo. Pasado el tiempo en el primer grado me hice amigo de Luis Aponte, que vendría a ser mi mejor amigo del colegio, tanto así que todos los ex alumnos que me ven o me encuentran en la calle, me dicen: "¿Oye y Juan Luis?", es que Juan Luis y Yo eramos uña y mugre, como dice él, no se quién era la uña y quién era la mugre. En ese primer grado también estaba Marco Antonio Conja, el era un chico que tuvo un accidente, cayó del tercer piso de su casa, a él le pusieron una válvula en la cabeza y caminaba con muletas; después me acuerdo de Yanina, que era rubia y tenía bonitos ojos, pero penosamente falleció; también estaba Martín Bonilla y Aldo Legua, hasta que me salí del colegio paraban juntos, eran un bacilón, a Martín le decían "borracho" y a Aldo le decían "la clota" porque lo imitaba bien; después me acuerdo de Histo que era un chico que tenía alrededor de uno de sus ojos lleno de pelos, con él estuve los 2 primeros años, luego se fue a provincia y no supe más nada de él.

El tiempo pasó y para ese entonces yo ya sabía leer, matemática, y lo básico; pero lo más raro es que en el colegio, no se si era que yo ya había pasado a primer grado de frente, pero no me enseñaron ninguna canción que le enseñan a los chiquitos, por ejemplo esa de "Arriba el Perú" o las canciones tradicionales que enseñan en kinder y primer grado. Para ese entonces estamos hablando del año 1979, Betty Yamagawa y su grupo estaban en secundaria y particularmente yo, le tenía una gran admiración, era como ver a gente de un primer equipo y tu estás en las ligas menores, y te preguntas ¿cuando vas a llegar ahí? o ¿cómo se debe de sentir llegar ahí?. Y ese año me acuerdo que un grupo de alumnos del colegio fue a la marcha de los discapacitados al Congreso, cuando Haya de la Torre estaba haciendo la Constitución de ese año, y se buscaba un poco más de igualdad para los llamados hasta ese entonces minusválidos, hoy personas con discapacidad y según la historia discapacitados de todo Lima a las afueras del Congreso, para pedir la mencionada igualdad, cosa que no se dio hasta 20 años después, que con la llegada de nueva tecnología y mejores en los medios de comunicación difundieron la igualdad o por lo menos accesibilidad a los lugares públicos a las personas con discapacidad, pero bueno ese es otro tema. Otra cosa que pasó ese año del 79 fue que el colegio cumplía 25 años, y se puede decir que tiraron la casa por la ventana, a la manera de Rossmery porque hicieron una misa, hubo menciones, recuerdos pero todo internamente, lo que si fue externamente fue que los padres de familia insistieron en hacer una tómbola y para que la hicieron, porque Rossmery acepto a regañadientes, pero en la tómbola venden comida, juegos y trago (cervezas) y eso no le gustaba a Rossmery y de ahí ni más, quedó en hacer el aniversario con misa únicamente, invitar a los padres de familia y ex alumnos y eso era todo, porque Rossmery dijo: "esto es un colegio, que clase de ejemplo les están dando a sus hijos si toman alcohol en el colegio", por una gran parte le doy la razón a Rossmery, si quieren celebrar que vayan a otro sitio, mejor dicho no se necesita de alcohol para celebrar; en conclusión eso fue el resumen de mi primer año en el colegio, no la pase mal, aprendí más e hice buenos amigos.



miércoles, 4 de febrero de 2015

ENFRENTAR EL TEMOR

ENFRENTAR EL TEMOR

Desde que nací hasta el año 2007 mi mayor temor era la oscuridad y que me agarre un temblor en la oscuridad, por eso es que en los 80 en el apogeo del terrorismo cuando casi todos los días había apagones yo decía "sáquenme a la tienda", me desesperaba y también dormía con una lámpara y con el radio prendido porque no podía dormir, hasta que en el terremoto del 2007 mis dos temores se hicieron realidad, porque yo estaba en la tienda y comenzó a moverse todo y al toque se fue la luz, y los postes comenzaron a moverse, la chica que estaba trabajando en la tienda decía: "vamonos señora" y Angie que estaba con nosotros se abrazo de Yae, pero Yae estaba tranquila, salimos a la calle y seguía moviéndose peor, los postes, los edificios, yo no decía nada porque por dentro estaba la procesión, al final no se si la gente pagó o no pagó, me acuerdo que Takeo estaba descansando en el cuarto adentro y según Elodia me contó que salió del cuarto a la columna diciendo "ya va a parar, ya va a parar". Después del terremoto mi reacción fue decir: "traigan un radio para ver si hay tsunami", en esa época estaba como presidente Alan García, y él muy campante a tranquilizar a la población, y decía que no había pasado nada, que no había víctimas, personales, y esa noche a plena oscuridad hubo un montón de réplicas, cosa que para no creer me quitó el susto a los apagones y a los temblores, pero yo se que acá en esta casa el cimiento es bueno, porque a la hora que la construyeron mi tío Juan le dijo al ingeniero que haga los cimientos bien fuertes, igual que la casa de mi tío Julio en Bellavista, los cimientos son fuertes, únicamente hay que pararse en las columnas, que son la zona más segura de la casa, o en los dinteles de la puerta. Lo más gracioso era que cuando yo creía que había temblor era uno de los perritos que se estaba rascando abajo de la silla y cuando había temblor yo creía que era uno de mis perros que se estaba rascando.

En los apagones como los chicos de la casa teníamos miedo a la oscuridad cerraban la tienda y nos poníamos a contar chistes o cuentos de fantasmas, sobre todo Erito que su abuelita era de Cañete, allá hay bastante tradiciones de fantasmas, pero lo pasábamos bien. Otra cosa que no le tenía miedo y ahora le tengo respeto son las escaleras de más de tres pisos porque en la AELU tuve un accidente que caí de tres escalones; en la AELU hay un salón que se llama Hall mi casa, ahí estuvo funcionando Girasoles los primeros días, hasta ahí no le tenía respeto a las escaleras, el tercer día que estuve a la hora de bajar el chico que estaba apoyando en lugar de aguantar la silla empujó la silla hacia abajo y eso provocó un desequilibrio, la silla se fue con todo para adelante y claro conmigo dentro, lo único que me acuerdo en cámara lenta es que me estaba cayendo y después en el suelo, cuando me levantaron, mi boca estaba llena de sangre y por la altura que son dos metros quizás, yo pensé "ya me rompí la boca", pero felizmente no fue así porque Yae no se como voló y cayó antes de mí, o sea me parece a mí que hizo un salto malabarístico, lo que no me explico es que después que se levantó Yae, tenía grass en su polo, si el jardín está a dos metros de donde me caí, no nos explicamos eso todavía Yae y yo; desde ahí no le tengo ni miedo, ni fobia a la escalera, pero si le tengo respeto porque antes de eso, no les dije que iba al estadio en la zona de Oriente, que es como subir dos pisos, pero después que me ocurrió esto ya tengo respeto a las escaleras, es como una persona que entra al mar, sabe nadar pero sucede que un día lo arrastra la corriente y casi se ahoga; después de eso entra al mar pero se queda en la orilla, así me pasa con la escalera.

Esas son mis dos únicas cosas que yo le tengo mis respetos, después a nada más, ni a las cucarachas, ni a las serpientes, ni a las ratas, ni a los perros grandes; pero a lo que si tengo asco son los gusanos de la mosca que se alimentan de cosas putrefactas. Así que ya saben si quieren invitarme algo que no coma invitenme gusanos de la selva o mango, que todos los que me conocen saben que odio el mango y es por el olor, me da nausea, el olor es muy fuerte. Hablando de mangos la única que me hizo comer mango fue Maritta ¡que horror!, en el colegio lo comí porque era obligatorio, porque sólo nos daban sopa y postre; me tomó como 3 horas comer el mango, de ahí no he vuelto a comer mango, Yae decía que era por los pelos, pero no, era por el olor.